Aunque Annie Besant haya escrito, en algún lugar, que sólo quería como epitafio para sí misma el de que “ella procuró seguir la Verdad”, su figura es tan luminosa, que los más bellos adjetivos, los más inspirados epítetos le fueron consagrados por muchos de los que pudieron conocer su naturaleza impar. Entre tanto, para nosotros, la más expresiva de todas las imágenes se debe a Charles Blech, Secretario-General de la Sociedad Teosófica de Francia a principios de siglo: “El Alma de Diamante”, Annie Besant fue, sí, un alma de diamante – tan fuerte y tan delicada, tan bella ...