El tenis como experiencia religiosa
Escritos con el corazón en la mano y con un entusiasmo contagioso, estos ensayos nos muestran la belleza, complejidad, perfección, brillantez y exigencia del deporte preferido de Wallace. «La belleza humana de la que hablamos aquí es de un tipo muy concreto; se puede llamar belleza cinética. Su poder y su atractivo son universales. No tiene nada que ver ni con el sexo ni con las normas culturales. Con lo que tiene que ver en realidad es con la reconciliación de los seres humanos con el hecho de tener cuerpo.» David Foster Wallace fue en su juventud un avezado jugador de tenis y durante ...