La educación sentimental

En La educación sentimental es todo una floración del arte por más que el autor solo pinte lo real. Con habilidad inmensa, y desde el suelo, imprime a todas las palabras que emplea una vibración tal que parecen caer desde una trompeta celestial. Émile Zola Frédéric Moreau, un joven de dieciocho años que acaba de obtener el título de bachiller, vuelve a su casa en Nogent-sur-Seine, una pequeña ciudad a unos 100 kilómetros de París. Ha pasado antes unos días en El Havre, donde su madre lo ha enviado, «con el dinero justo», a visitar a un tío rico que espera que lo nombre...