Manos que bailan (Dancing Hands)
Ganador del premio Pura Belpré de ilustración De niña, a Teresa Carreño le encantaba dejar que sus manos bailaran a lo largo de las hermosas teclas del piano. Si se sentía triste, la música le levantaba el ánimo y, cuando estaba feliz, el piano la ayudaba a compartir esa alegría. Pronto comenzó a escribir sus propias canciones y a tocar en grandes catedrales. Entonces, una revolución en Venezuela hizo que su familia tuviera que huir a Estados Unidos. Teresa se sentía sola en este sitio desconocido en el que muy poca de la gente a quien conocía hablaba español. Y lo peor es que...