Al otro lado de las puertas
Por nada del mundo podría olvidarme de mis dos lectoras cero, críticas hasta con la palabra más insignificante, pero que hacen mi trabajo más fácil, sobre todo porque por culpa de la dislexia lo que para mí tiene sentido no es así para los demás. Muchiiiiiiiisimas gracias par de zumbadas. Y por último, pero no por ello los últimos, muchas gracias a los que en este momento tenéis el libro entre vuestra manos.