¿Puede acabar bien lo que empieza fatal? Porque verse encerrada en la baño de caballeros con el policía más sexy de los Juzgados, lejos de ser un sueño hecho realidad, para la jueza Laura Castillo es una auténtica pesadilla... Cada vez que Laura, jueza de instrucción, tiene un mal momento en el trabajo, se oculta en uno de los pocos lugares en los que sabe que no será molestada, por poco ortodoxo que pueda ser su escondite. Y ese día ha sido duro: ha tenido que desestimar una orden por un tecnicismo, y negársela además al inspector Llagaria, considerado en los juzgados el policía...