Alejandro Atchugarry. El héroe improbable.

De doña Ana Mendoza y de la Cerda, princesa de Éboli, dijo el artista contemporáneo español Alonso de Coloma (1532-1607) que fue la única mujer 'capaz de entretejer alrededor del cuello de todo un rey una soga hecha con pasiones que estuvo a punto de acabar con un gran imperio'. Protagonista clave en ese ambiguo y para muchos inexistente Renacimiento español de la segunda mitad del siglo XVI, doña Ana de Mendoza cubre con este libro biográfico el hueco que tenía pendiente con la historiografía moderna. Heredera única de una de las estirpes más importantes de su época, los...

La esposa del pastor como Ayuda idnea = Ezer = Fuerza y Valenta, reconociendo por medio de este libro que toda mujer que ama a Dios no es nada menos que fuerza y valenta, porque sin ellas este mundo no tuviera sentido ni razn de ser, Dios form en nuestras entraas las fuerzas de vidas, en donde emanaran todos los bienes del mundo entero, iniciando desde Eva en el Edn y haciendo una efectividad eterna en Mara al concebir a Jess. El primer defensor del gnero mujer fue Jess, dndole un sentido de virtudes y posicin en el mbito secular y espiritual, en este libro hay retos de vida reales, pero...

Un tal Alfonso, es una semiautobiografía de pocas páginas donde el autor pretende encajonar el tiempo ido y el tiempo presente, manejando las ideas sin dramatismo. Las anécdotas apocalíptica de la consumación de los siglos, que desentona la razón. Un buen lector, puede digerir el sensacionalismo de una información; pero hay otro público que le es difícil entender lo que puede, o no puede suceder. Es de nobleza que haya alguien que le baje la "nota" a la sintonía apocalíptica; para seguir viviendo en fe. Ciertamente, hay un nuevo amanecer.

El veintitrés de julio de 1892, Alexander Berkman entró en la oficina del magnate Henry Clay Frick para matarlo. El asesinato sería, en la tradición libertaria, un attentat, una acción política violenta destinada a despertar la conciencia de la clase trabajadora de los Estados Unidos. Tras ser juzgado y condenado a veintidós años de prisión, Berkman tuvo que hacer frente a una realidad que no se compadecía con su ideario anarquista. Sus memorias son, en este sentido, un doloroso proceso de aprendizaje condicionado por las condiciones brutales impuestas por la vida en prisión.