Manzanas de hiel y miel

Jimena era una real hembra de jaguar. Como tal, se resistió a mi asedio bobo, bestial, de más que lobo. Una jaguara manchada y sin mancha hasta que, gallo espolonado, llegué yo. “El amor entre los dos se dio porque ella había visto “Lo que el viento se llevó”. Se sentía, y con razón, Scarlata O´Hara. Se topó conmigo, un psicólogo escupido de la sociedad. A la sazón, su Rhett Butler particular, por obra y gracia de Cupido. Resistió durante meses un asedio personal poético. Un continuo fuego de masculinidad en su portal. Tenía una feminidad propia de mayo reventón digna de...