Clarín, en sus palabras 1852-1901

¿Correcto comportamiento o salvaje abandono? Modelo de virtudes, la señorita Lillian Davenport poseía una reputación sin igual. Pero entonces ¿por qué se ofreció a pagar a Lucas Clairmont, el peligroso americano, por un simple beso? Lucas se negaba a dejarse moldear por la sociedad y a menudo bordeaba el lado oscuro de la justicia, pero la bondad y vida impecable de Lillian lo fascinaban. Él había ya intuido que detrás de aquellos exquisitos modales se ocultaba una mujer de extraordinaria sensualidad. Para Lillian, comprar un beso de Lucas significó liberar algo salvaje en su...

Años 20, una oleada de violencia asola París. Están desapareciendo mujeres y la policía no cree que tengan relación. Morgan, periodista estadounidense cree encontrarla y decide investigar al comunicárselo a la policía y no darle credibilidad. El detective Carlos Belon intenta ponerle obstáculos pero falla en su intento teniéndole que dar la razón muy a su pesar. Morgan estaba sentado en la terraza de Angelina dando fin a su desayuno; le gustaba sentir el viento refrescando su cuerpo, en primavera le encantaba disfrutar de los primeros rayos solares mientras paladeaba su ensalada de...

En el París del siglo XV, con sus sombrías callejuelas pobladas por desheredados de la fortuna y espíritus atormentados, la gitana Esmeralda, que predice el porvenir y atrae fatalmente a los hombres, es acusada injustamente de la muerte de su amado y condenada al patíbulo. Pero Quasimodo, campanero de Notre Dame, hombre de fuerza hercúlea y horrible fealdad, esconde un corazón sensible y la salva resguardándola en la catedral. Una auténtica historia de amor. Publicada originalmente como Nuestra Señora de París, es ésta una historia que, a través de la lectura, pero también del...

Ver Videotrailer Este libro está basado en hechos reales e históricos y recuerdos vividos durante la época de mi niñez en la Hacienda de Bucalemu. En él se relata la historia de la Hacienda y sus diferentes etapas a través de cuatrocientos años, habiendo pasado por las manos de conquistadores, sacerdotes jesuitas, políticos, empresarios latifundistas como mi bisabuelo, don Claudio Vicuña Guerrero y sus descendientes, y por último, el Estado chileno con su Ejército, a cargo tan solo de La Casona y el parque.