Daphne du Maurier fue una escritora británica nacida el 13 de mayo de 1907 en Londres, Inglaterra. Su obra ha dejado una huella indeleble en la literatura del siglo XX, destacándose por su habilidad para crear atmósferas inquietantes y tramas intrigantes. Du Maurier proviene de una familia con una rica tradición artística; su padre, George du Maurier, fue un famoso caricaturista y novelista, y su abuelo, también llamado George du Maurier, fue un renombrado autor de teatro.
Desde joven, Daphne mostró interés por la escritura y la actuación. A pesar de su éxito en la literatura, ella siempre estuvo marcada por la sombra de su padre. Estudió en la Escuela de Arte de París y posteriormente trabajó como actriz antes de lanzarse de lleno en la escritura. Su primera novela, “El progreso de la vida”, fue publicada en 1931, pero tuvo un éxito moderado. Sin embargo, su segunda novela, “Jamaica Inn” (1936), marcó un punto de inflexión en su carrera, alcanzando la popularidad rápidamente.
Una de sus obras más célebres, “Rebecca” (1938), se ha convertido en un clásico de la literatura gótica. La novela narra la historia de una joven que se convierte en la segunda esposa de un viudo enigmático, Maxim de Winter. La sombra de la primera esposa, Rebecca, persigue a la protagonista, creando una atmósfera de tensión y misterio. “Rebecca” fue un éxito instantáneo y ha sido adaptada en numerosas ocasiones, incluyendo una notable película dirigida por Alfred Hitchcock en 1940. Su influencia perdura en la cultura popular, y es considerada una de las mejores novelas de suspense del siglo XX.
La habilidad de du Maurier para combinar lo psicológico y lo gótico se refleja en muchas de sus obras. “Los pájaros” (1952) es otra de sus historias más conocidas, que explora el terror que surge cuando las aves aparentemente comienzan a atacar a los humanos. Esta historia fue adaptada por Hitchcock nuevamente, convirtiéndose en un clásico del cine de terror. Du Maurier dejó claro que su enfoque hacia la escritura era a menudo impulsado por el miedo y lo desconocido, temas recurrentes en su trabajo.
Además de su prolífica carrera como novelista, Daphne du Maurier también fue una talentosa dramaturga y guionista. A lo largo de su vida, escribió varias obras de teatro y colaboró en la creación de guiones para la pantalla. Su obra “El amante de Lady Chatterley” (1951) fue inspirada por la novela de D. H. Lawrence, pero aportó su propio giro a la historia.
A lo largo de su carrera, du Maurier recibió numerosos premios y reconocimientos, consolidando su lugar en la literatura. Sin embargo, a pesar de su éxito, llevó una vida marcada por la introspección y la lucha personal. A menudo reflexionó sobre su identidad, el precio de la fama y la presión que sentía al ser comparada con su padre.
Daphne du Maurier falleció el 19 de abril de 1989, dejando un legado literario que sigue inspirando a escritores y lectores por igual. Su habilidad para capturar la complejidad del ser humano y el miedo inherente en la existencia se ha asegurado un lugar en el corazón de la literatura inglesa. La influencia de su trabajo sigue siendo palpable, y su capacidad para contar historias perdura, recordando a las generaciones futuras que el arte de narrar es tan esencial como siempre.