Fortuna

Susan Greenwood no esperaba que el atractivo millonario Zach Lowery le hiciera una proposición de matrimonio. No tardó en saber la razón: su boda sería solo una farsa para reconfortar al abuelo de Zach en su lecho de muerte. El problema era que él no esperaba que su falsa esposa lo volviera loco con su comportamiento desinteresado y su cariño, por lo que aquel cínico vaquero se encontró a sí mismo tratando de encontrar el modo de formar una verdadera familia y de tener un futuro con aquella mujer.

Toledo, ciudad de tres culturas, se despierta con la más terrible de las noticias. Los niños son sacrificados de forma cruenta. El responsable no aparece, pero Judá conoce perfectamente quién los odia tanto como para inculparles y no se detendrá hasta verlo fuera de sus vidas. Por su parte, Gadea, fiel servidora de la causa femenina, se hallará envuelta en una serie de desquicios de los que sólo ella es capaz. Nuestros protagonistas verán sus mundos tambalearse ante una realidad muy difícil de poder cambiar, ¿o será qué sí pueden? No te pierdas este tercer libro de la Saga La...

El sol es, en el imaginario occidental, símbolo de vida y conocimiento. Pero en la novela Un sol sobre Managua no hay tal sol, sino la noche que asume la semiosis de la muerte y la ignorancia. El título es impostor. No hay tal posibilidad bajo este sol inexistente. Se abre entonces una connotación irónica: Managua aparece bajo una mirada de burla y el autor nos introduce bajo esta trampa en el reverso: en la oscuridad del infierno.Carlos Manuel Villalobos En Un sol sobre Managua Erick Aguirre no se propone una obra totalizadora que explique el ser nicaragüense. Por el contrario, al poner ...

It was a time of tense emotion. Each was a surge with an almost uncontrollable excitement as the two men moved up the whole length of the riffled sluice. Neither uttered one single word. But they moved slowly on either side of the long, primitive, box-like construction, keeping pace, each with the other, as though in a mutual desire that such fortune as was theirs should be witnessed together, as though neither had courage to face alone the possibilities of this their first serious "washing." At each riffle the men paused. The more emotional of the two, Len Stern, thrust out a hand and...