Lo quiero todo

Todos guardamos algún secreto. Algunos veniales, simples vicios que nos avergüenzan; otros, en cambio, tan afilados como cuchillos, lo que los hace inconfesables. Estos últimos son la carne de este libro de relatos, en los que Óscar Vela encontró una manera de conjurar los espectros que lo acechan desde hace más de 20 años: criminales, víctimas, dementes, proxenetas, infieles, locos enamorados. Su profesión de abogado le ha permitido tener una cercanía espe¬cial con el dolor, la mentira y el horror. Su oficio como escritor le ha abierto la posibilidad de traducirlos en palabras y...

Muchos motivos, pero ¿Quién es el asesino? Charlotte ha encontrado su lugar en el apacible pueblo de Kingfisher Falls. Trabajar con Rosie en la librería es una alegría, así como su creciente amistad. Si tan solo el jefe de policía Sid Browne dejara sus asperezas contra el hijo de Rosie, Trev, a un lado, entonces la vida sería perfecta. Pero la repentina muerte de una mujer, miembro del club de lectura, mete a Charlotte en el centro de la investigación. ¿Fue un accidente? o ¿ocurrió algo más siniestro? Una serie de mensajes crípticos profundiza en el misterio de quien sabe qué....

UN BESTSELLER INSTÁNTANEO SEGÚN THE NEW YORK TIMES «Russell es ferozmente original […] Mi sombría Vanessa es una novela extremadamente compleja, audaz y un ingenioso estudio sobre los efectos del poder». —The New York Times Book Review «Decir que Mi sombría Vanessa es un "tema de sobremesa" o "un libro importante" es un eufemismo […] es mucho más que eso. Es un todo un imán. Una novela magníficamente escrita». —The Washington Post El libro más esperado según The New York Times, USA Today, Entertainment Weekly, Marie Claire, Elle, Harper’s Bazaar, Bustle, Newsweek, New...

La señorita Bree Mallory no tenía tiempo para aristócratas consentidos. ¡Estaba demasiado ocupada dirigiendo la mejor compañía de transporte de viajeros en funcionamiento! Pero un encuentro accidental con un conde, lo cambió todo. La bella Bree no tardaría en hacerse un hueco en los círculos de la alta sociedad, pero esperaba que nadie descubriera que en una ocasión había tenido que conducir un coche de viajeros desde Londres hasta Newbury y había regresado sin la vigilancia de una carabina con el libertino conde de Penrith...