Devoción apasionada: la querida esposa del Maestro Fudd

"Mi abuelita: La mejor lectora del mundo", del escritor colombiano Olegario Ordóñez Díaz es un cuento en el que la voz de un narrador rememora su etapa infantil cuando aprendió a leer en voz alta las primeras palabras y frases de su cartilla, observando a su abuelita que leía un devocionario de manera perfecta. Es un cuento que rinde homenaje a la abuela, la madre y a la primera maestra.

Marcos Carrera, ex militar del ejército norteamericano, nacido en la ciudad de Durango; de niño fue llevado a USA y ya adulto regresa a su tierra, dedicándose a vender partes electrónicas. Conoce a Paquita, una chiquilla que vive con su abuela María en el parque. En una reunión le presentan a Carlos, guardián del parque, quien le cuenta que María de joven acostumbraba ir al parque, sentándose en una banca donde conoció a un militar con el que se casó y tuvo una hija. Su marido murió y ella fue despojada de la casa, yendo a vivir al parque con su hija, usando la vieja banca, que...

La supermodelo Anneliese Christiansen parecía tenerlo todo: éxito profesional, amigos famosos y la adoración de la prensa. Y tenía motivos más que suficientes para resistirse al poder de seducción del millonario griego Damon Kouvaris...Damon esperaba que la fría y hermosa Anneliese acabase en su cama, pero estaba a punto de descubrir que no iba a resultarle tan fácil. Siempre conseguía lo que deseaba... y si el premio merecía la pena, estaba dispuesto a pagar el precio que fuese necesario.

La pandemia, además de democrática, es como un demonio colec-tivo que produce pánico. Quizás habíamos olvidado el mal que personifica el demonio simbólicamente, en una orgía de idealismo y opti-mismo que solo contaba con el bien y lo positivo, y un futuro triunfal. Pero nuestro triunfalismo se ha truncado y trucado de repente por la virulencia del coronavirus y sus terribles consecuencias sanitarias, psicosociales y eco-nómicas. Finalmente hemos reconectado todos con el infortunio general, recordando que la vida limita con la muerte (y se paga con ella).