Roberto Fontanarrosa, nacido el 15 de noviembre de 1944 en la ciudad de Rosario, Argentina, es uno de los escritores y humoristas gráficos más queridos y reconocidos del país. Su vida estuvo marcada por un profundo amor a la literatura y el fútbol, dos pasiones que confluyeron en su obra y lo convirtieron en un referente cultural de la nación. Desde joven, Fontanarrosa mostró inclinación hacia el dibujo y la escritura, lo que lo llevó a estudiar en la Escuela de Bellas Artes de Rosario.
Comenzó su carrera como caricaturista y humorista gráfico en la década de 1960, publicando sus primeros trabajos en revistas locales. Sin embargo, fue en la década de 1970 cuando su talento se consolidó, al colaborar con importantes medios de comunicación y revistas, como El Trinche y La Opinión. Su estilo característico, que combinaba el humor con la crítica social, rápidamente lo convirtió en una figura prominente. Uno de sus personajes más emblemáticos fue “Inodoro Pereyra”, un gaucho que se convirtió en símbolo de la cultura argentina, y su perro “Misterioso”, con quien vivía situaciones cómicas y absurdas.
En 1973, debutó como escritor con el libro de relatos “Los profesores de la noche”, aunque alcanzó el reconocimiento internacional con su obra “El artista”. Sin embargo, fue su incursión en la narrativa la que lo estableció como un autor de renombre. Su estilo literario, marcado por un tono cotidiano y un profundo conocimiento de la idiosincrasia argentina, resuena con los lectores de diversas generaciones.
Una de sus obras más célebres, “Felices los normales”, publicada en 2004, aborda temas como la normalidad y la locura, ofreciendo una crítica mordaz a la sociedad contemporánea. Esta obra, como muchas de sus creaciones, está impregnada de un humor sutil que invita a la reflexión. Fontanarrosa también incursionó en el mundo del relato corto, logrando capturar la esencia de la vida cotidiana argentina con una prosa incisiva y cargada de ironía.
Aparte de su talento como escritor, Fontanarrosa fue un ferviente apasionado del fútbol y muchas de sus historias están imbuidas con referencias al deporte. Era un hincha declarado del Club Atlético Rosario Central, lo que refleja su lealtad hacia la ciudad que lo vio nacer. Esta pasión se tradujo en personajes que encarnaban la esencia del fútbol argentino, capturando la alegría, el dolor y la locura que acompaña a este deporte en el país.
En 2007, Roberto Fontanarrosa fue diagnosticado con una enfermedad neuromuscular que afectó su capacidad para escribir y dibujar. A pesar de este desafío, continuó trabajando en sus proyectos y dejó una huella imborrable en la literatura argentina. Su legado se mantiene vivo no solo a través de sus escritos, sino también mediante adaptaciones teatrales y cinematográficas de sus obras.
Fontanarrosa falleció el 19 de julio de 2007, pero su influencia perdura. Su capacidad para tocar temas complejos con un enfoque humorístico sigue siendo un referente para escritores y lectores por igual. En 2008, se le rindió homenaje con la creación del "Día del Humor Gráfico" en Argentina, una fecha que celebra su contribución al mundo del arte y la literatura.
En resumen, Roberto Fontanarrosa no solo fue un escritor y humorista gráfico, sino un narrador de la vida cotidiana argentina. A través de su obra, logró capturar la esencia del pueblo argentino, sus alegrías, sus tristezas y su inconfundible sentido del humor. Su legado sigue vivo y su influencia se siente en las nuevas generaciones de escritores y artistas que lo consideran una fuente de inspiración.