La Hija del Granjero

Cuarta parte de Regina Irae Cristina D'Armani, ¡por fin!, va a ser coronada Princesa Soberana de Arberia. Sin embargo, la guerra oculta y secreta entre partidarios de Geirtrair y Geirdrein, que continúa y se agrava con la irrupción de una tercera contrincante proveniente de un mundo lejano y cercano a la vez, amenaza con aguarle la fiesta. Por si fuera poco, Ania, la hija pequeña de sir Alex, la cual ha desarrollado poderes telequinésicos, despierta el interés de Geirtrair, para inquietud de sus padres. Pero Geirtrair, por suerte, no está en su mejor momento por culpa del mayor de los...

Un importante director de cine mexicano, es profundamente odiado por un crítico cinematográfico, quien decide hundirlo a toda costa, usando toda clase de artilugios. El diccionario personal del Gato Vera sólo contiene una palabra: ambición. Movido por ella, y sin reparar en los métodos, el Gato ha logrado ascender de simple utilero a director de culto y ha conseguido poner en jaque el reinado de Arturo Letrán, el cineasta del momento. Pero la muerte del Animal Romo, su mentor, lo obliga a hacer un alto en el camino y entonces comienza a recordar. La lengua implacable del Gato conduce un ...

Harry Maynard es un adolescente de carácter y personalidad atípica; habitante de un pueblo de la américa profunda, al que un suceso inesperado le cambia la vida para siempre. A partir de ese momento, las casualidades del destino le hacen entablar una rocambolesca relación de amistad con un hombre rudo y con fama de ser el ermitaño más temido del pueblo. Humor, emoción, sorpresa y un revelador secreto envuelven este ágil y divertido relato corto que atrapa desde la primera página.

«Tenía una habitación propia. Un cuarto luminoso, pequeño y ordenado, casi como una celda, sobrio, que construyó en Monk’s House, su casa de Rodmell, con las ganancias de su novela Orlando. La cama, estrecha, cubierta por una colcha de un blanco virginal, que acentuaba la luz de la ventana, y un cojín solitario. Tenía una librería empotrada que servía de cabecero, un par de sillas y un velador de mimbre donde le gustaba poner un jarrón con flores frescas».