La sombra que adelgaza

El reino de El reino de Sovenelisia debe ser purificado, ahora dos soldados viajan al reino de Candia donde habitan los hechiceros más fuertes de su mundo; allí conocen a Azmaria, con la cual deberán enfrentar el desafío de recuperar la lágrima de cristal sin saber que hay un ente maligno que la desea usar para generar el caos. La abrumante historia termina desenlazándose con Anai, hija de Azmaria, la cual desea recuperar a un ser querido sin importarle el caos que desencadenará tanto en el reino celestial como en el mundo donde habitan los mortales.debe ser purificado, ahora dos...

In 1982, when he was just three years old, Samir was abandoned by his mother on the beach of El Saler. She blindfolded him and said: Don't move, I'll come right away. But she never did. No one knew why she did not return and that child ended up in a juvenile center with no other identity than his name and a handful of memories. Samir grew up among orphans and disinherited from the world, but with the determination to have a chance in life. Thirty years after his mother left him on that beach, Samir is no longer a helpless child, but a captain of the Valencia Judicial Police. However, his past ...

Posey Osterhagen has a lot to be thankful for. She is a successful business owner from a tight-knit family and she has a boyfriend. She keeps thinking something is missing, something like Liam Murphy. When Posey was 16, Liam broke her heart. Now he is back in town and even though she knows she should try and avoid him, fate has something quite different in mind for her.

Consigue estos dos ebooks a un precio fantástico. --- Las reglas del juego: Una aventura de aceitunas asesinas por Myconos Kitomher Susan, una mujer atrapada en un juego macabro con su grupo de nuevas amigas, se verá obligada a enfrentarse a ellas para salvar la vida de su marido y de sus dos hijos. Fragmento: —No sé lo que es, pero Isobel tiene uno. Se lo vi el pasado viernes, durante la partida. Le caminaba por debajo de la piel, le bajaba por el cuello. —¿Y no dijiste nada? —Me pareció divertido. Supongo que no estaba en mis cabales. —¿Y ahora lo estás? —¡Ahora lo tengo...