Seis batallas que todo hombre debe ganar

No es fácil adentrarse en la dolorosa sinfonía de sensaciones? Desgarro, desconcierto y confusión, vacío interior y soledad? El corazón, herido y contrariado, suspira y se rebela, busca una luz y un sosiego que parecen imposibles.Al fondo, Dios. Algo o Alguien que nos levante y nos devuelva un poco de paz.Orar en el duelo ha venido a cubrir un vacío, por su contenido y por su originalidad. Es más que un libro de oraciones. Es también poema y testimonio, pensamientos y sorbos de sabiduría? Un libro que recoge y da voz al eco común que brota del fondo del corazón de quienes están...

¿Cómo es posible garantizar todos los derechos a todos los ciudadanos y respetar las diferencias culturales, religiosas, étnicas, etc.? ¿Por qué se vincula la garantía de ciertos derechos a la posesión de la nacionalidad? ¿No empuja la lógica democrática a una universalización de todos derechos?

“Por fin he encontrado mi vocación. Mi vocación es el Amor. Sí he encontrado mi lugar en la Iglesia, y este lugar, ¡oh, Dios mío!, me lo has dado Tú. En el corazón de la Iglesia seré el Amor, así lo seré todo”. Este texto que se repite sin cesar, que se cita muchísimas veces, es inagotable en cuanto al contenido: es tan sumamente denso y profundo que hace falta mucho tiempo para ahondar en él, y eso es lo que vamos a intentar hacer. Es el propósito y la intención de estas reflexiones. Estas palabras, que resumen la oración y la espiritualidad de Teresita, vamos a intentar...

USTED YA ESTA ENFRASCADO EN UNA GUERRA. ES HORA DE LUCHAR. Dios tiene un reino donde su pueblo es gobernado por el Espíritu. Satanás tiene un mundo donde su gente es gobernada por la carne. ¿Por cuál está luchando? Mark y Grace Driscoll se remontan a la historia de Adán y Eva para redefinir la naturaleza de la guerra espiritual. Gane su guerra es un libro práctico que abarca el matrimonio, la paternidad, las relaciones y la vida cristiana fundamentándose en la Palabra de Dios con más de setecientas referencias a las Escrituras. Sin embargo, no se equivoque, aunque haya dos reinos,...