Cómo era ser pequeño, explicado a los grandes

Luis Pescetti, nacido el 26 de febrero de 1960 en Buenos Aires, Argentina, es un destacado escritor, músico y narrador oral que ha impactado significativamente el ámbito de la literatura infantil y juvenil en el mundo hispano. Desde muy joven, Pescetti mostró un profundo amor por las palabras y la música, lo que lo llevó a combinar estas dos pasiones en su carrera profesional.

Estudió teatro y música, lo que le permitió desarrollar una versatilidad única en su trabajo. A lo largo de su carrera, Pescetti ha publicado numerosos libros que han sido aclamados tanto por críticos como por el público. Su estilo distintivo se caracteriza por una mezcla de humor, reflexión y una profunda comprensión de la psicología infantil. Muchas de sus obras abordan temas como la amistad, la familia y la importancia de la imaginación, lo que las hace resonar con los jóvenes lectores.

Una de las características más notables de su obra es su capacidad para conectar con los niños. Pescetti entiende el mundo desde la perspectiva infantil, lo que le permite crear personajes y situaciones que resultan familiares y significativos para su audiencia. Su enfoque en la narración oral ha sido fundamental, ya que ha participado en numerosos festivales y talleres que promueven la lectura y la narración como herramientas educativas.

Obras destacadas

• El jardín de los sueños - Un cuento que invita a los niños a explorar su creatividad y las posibilidades del mundo que les rodea.
• La historia de los tres cerditos - Una versión innovadora del clásico cuento, que incluye elementos humorísticos y reflexivos.
• Las aventuras de un pequeño héroe - Una serie que sigue las peripecias de un niño que enfrenta desafíos en su camino hacia la madurez.

A lo largo de su carrera, Pescetti ha recibido múltiples premios y reconocimientos por su contribución a la literatura infantil. Su compromiso con la promoción de la lectura y su dedicación a la enseñanza hacen de él una figura clave en la literatura contemporánea de habla hispana.

Además de su labor como escritor, Pescetti también ha trabajado como músico, creando canciones que complementan y enriquecen las historias que narra. Su habilidad para combinar la música con la literatura ha hecho que sus presentaciones sean únicas y memorables, cautivando a audiencias de todas las edades.

A día de hoy, Luis Pescetti sigue activo en el mundo literario, participando en conferencias, talleres y eventos culturales, siempre con el objetivo de fomentar el amor por la lectura entre los más jóvenes. Su legado perdura a través de sus obras, que continúan siendo leídas y apreciadas por niños y adultos por igual. La pasión y el entusiasmo que Pescetti pone en cada uno de sus proyectos lo convierten en un referente invaluable en la literatura infantil y juvenil de habla hispana.

Es un morral lleno, un kit completo de humor para toda ocasión. Una mochila que salvará al más tímido ante cualquier imprevisto de esos en los que un buen chiste, adivinanza, acertijo o rima, nos rescatan del anonimato o nos salvan la vida en una reunión, haciéndonos quedar bien, con un brillo y una promesa de que se corra la voz de que “somos divertidos y es lindo invitarnos”. También sirve para quien, escondido en su submarino, no quiere llamar la atención, pero sí quiere un cálido momento de sonrisas. Muchas veces me preguntan de dónde saco los chistes. Siempre contesto:...

Anita es es la suma de todos nuestros deseos, temores, buenas intenciones y reservas... pero con voz y voto al mismo tiempo. Es nuestra humanidad en versión de reunión de consorcio (vecinos de un condominio), aplicada al amor, a dejar el hogar materno para formar una familia (sin que eso sea el deseo de los demás sino el deseo propio, pero a la vez sin herir a los demás, y sin traicionar el deseo propio). Le escribe cartas a Alberto, su pretendiente (según tía Beba), fuente de anhelos y prevenciones, haga lo que haga o si no hace nada. Anita avanza, duda, especula, observa atenta, y a...

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Malika no quiere que en el colegio sepan cómo es su abuelo, hasta que descubre, con orgullo, que él sabe contar fascinantes historias africanas.

En la letanía del Saber, como una recitación continua sobre la cual Arthur Frame magullo un símbolo eterno y simétrico, palpitante a la vista, semeja a una gran biblioteca con sus estantes dentro de hexágonos y octógonos, en cada cual, el tiempo se comporta como espacio de un mismo número y numen, de esos volúmenes, me quedaría con uno solo, que influencia al resto de las historias de dichos libros al estilo de un fíat lux, capaz de la modificación en la permutación que tanto anuncio Georg Philipp Cantorun, en sus trabajos hipotéticos sobre el tiempo especular y la permutación...